domingo, 15 de junio de 2014

PRINCIPALES ENFERMEDADES

PRINCIPALES ENFERMEDADES


Igual que los humanos, nuestros amigos los perros pueden padecer alergias. Éstas, por sus orígenes variados, son a menudo fuentes de problemas tanto para el establecimiento del diagnóstico como para la aplicación de los cuidados. Los provocadores de alergias (alérgenos) más habituales son el polen, los ácaros, las escamas, las picaduras y la saliva de pulga, algunos productos caseros, químicos e industriales y hasta ciertas carnes o cereales.
LOS SINTOMAS
Los síntomas varían según el tipo de alergia. Normalmente, la aparición de los síntomas ocurre a partir de la edad adulta, aunque los cachorros también puedan sufrir alergias alimenticias. Comezones o placas hacen su aparición, de modo más o menos evidentes (a veces sólo un examen regular permite descubrirlas), yendo de la molestia simple a fuertes picazones. La evolución de la alergia puede entonces convertirse en la formación de cortezas, arrastrar segundas infecciones y provocar a veces problemas digestivos.
Siempre según el tipo, la alergia puede manifestarse de modo episódico o permanente, en zonas tipo. Para la cabeza: Labios, orejas, contorno de los ojos. El cuerpo es muy sensible, sobre todo las patas y sobre la grupa. Las alergias de contacto se manifiestan más a menudo sobre los labios, el aparato genital o el vientre.
Salud canina: alergias
CUIDADOS
Conviene en primer lugar tratar los efectos (infecciones) con la ayuda de champús específicos u otros productos que nos recomendará el veterinario. También existen medicinas para las crisis graves. Es esencial también analizar en profundidad al perro con el fin de determinar la naturaleza del alérgeno y así poder tratarlo.
Si la alergia persiste, podremos echar mano de otros medios, entre los que estarán las pruebas cutáneas (introducción de pequeñas dosis de alérgenos a la dermis que permiten analizar las reacciones) o las dosificaciones sanguíneas. Existe también un método de "regímenes selectivos" que consiste en la introducción de alimentos habituales para la búsqueda e identificación de los alérgenos.
La identificación de las alergias en ocasiones es larga y laboriosa y exige una colaboración entre el propietario del perro y su veterinario. Un perro alérgico será sensible a los alérgenos hasta incluso después de los diferentes tratamientos. Convendrá pues, evitar para siempre el contacto o la ingestión de los factores responsables.

Ácaros

Los ácaros son larvas que se encuentran en céspedes, jardines y campos. En el momento del paso al perro, éstos se fijan en su piel y se alimentan de su sangre. Su zona de implantación se sitúa entre los dedos, sobre las orejas, los testículos, el interior de los muslos y por todas partes donde haya piel fina, que les facilita su succión. Una vez alimentados, los ácaros cogen un color naranja vivo y se desprenden de las animales. Su presencia provoca importantes picores y la aparición de costras debidas a las rascadas frenéticas del perro.
TRATAMIENTO
El tratamiento se produce por la aplicación de antiparasitarios. Y más eficazmente con un pulverizador, que permite concentrar el producto en la zona infestada.
PRECAUCIONES
Es muy importante velar por que el perro no lama el producto en la hora siguiente a la aplicación.
Y debemos prestar también atención a nosotros mismos, ya que los ácaros también se trasmiten muy frecuentemente a los hombres.

Garrapatas

La Garrapata es un ácaro, que parasita al perro fijándose sobre su piel, principalmente alrededor del cuello y orejas, aunque se puede encontrar en otras partes del cuerpo. Ésta se alimenta de la sangre del animal, que chupa durante unos días y luego se desprende. Sensible a las temperaturas excesivas, es sobre todo en primavera y en otoño que este parásito hace su aparición. La Garrapata se encuentra en los matorrales y setos y se fija al el perro en el momento de su paso, antes de picarle. Es por eso que es aconsejado practicar un examen del pelaje después de los paseos en campo o incluso en el jardín.

La garrapata representa un verdadero peligro de la salud del perro, ya no por la cantidad de sangre que toma del animal, sino por la posible transmisión de numerosas enfermedades que puede conllevar. Aquí te las presentamos:
La Piroplasmosis: Es debida a un parásito de la sangre que ataca a los glóbulos rojos, provocando ictericia o insuficiencia renal. La evolución es rápida y puede ser fatal en unos días.
La Erliquiosis: Los síntomas y los efectos son los mismos que en la Piroplasmosis, pero la evolución es aún más rápida y aún no existe vacuna para esta enfermedad.
La Borreliosis (enfermedad de Lyme): Es una enfermedad rara, apareció en España hace varios años, vía sujetos procedentes de los Estados Unidos.
En la gama muy variada de productos antiparasitarios, sólo algunos se muestran muy útiles frente a las garrapatas. Para una acción ideal, el producto debe permanecer varias semanas sobre el animal y, por tanto, ser resistente al agua. Por esta razón, los polvos y los aerosoles no se muestran suficientemente eficaces, al igual que los sistemas con ultrasonidos. Sólo ciertos collares, ciertos pulverizadores y las pipetas parecen actuar de la forma más adecuada posible manteniendo su acción hasta un mes.
Nunca deje las garrapatas sobre su perro. Contrariamente a un idea que existe en algunas personas, si la cabeza de una garrapata se queda en la piel del animal, el cuerpo no brota. Pero se forma un pequeño quiste que tardará varias semanas en reabsorberse y puede infectarse. Existe en los comercio pequeños ganchos especialmente adaptados a la retirada de garrapatas.


Gusanos

Los gusanos son unos parásitos que viven en el intestino del perro. Pueden provocar enfermedades más o menos graves, es por eso que es imperativo tratar a su animal de modo preventivo y sistemático. Para un cachorro, y hasta 6 meses, una vermifugación mensual es estrictamente necesaria. Posteriormente, una vez adulto, dos veces al año. Los perros que viven en el exterior deben ser tratados más a menudo.
Es falso la creencia que dice que los perros, al comer hierba, ésta reemplaza la vermifugación. Sigue los consejos de tu veterinario y, según el peso y la edad del perro, puedes utilizar un vermicida de pasta, asimilable en el alimento, o en pastillas, que hay que tragar o diluir en la bebida. Existen dos clases de gusanos:
LOS GUSANOS REDONDOS
Los Ancylostomas
Los encontramos sobre todo en los cachorros y adultos que viven en grupo y son difíciles de descubrir porque raramente se puede apreciar en las heces. Gracias a su reducido tamaño, se alimentan de la sangre que los animales bombean en el intestino. Su gran número puede provocar daños graves en las paredes intestinales, posteriormente una anemia y puede tener hasta fatales desenlaces.
Los Áscaris
Son gusanos redondos y blancos cuya longitud puede alcanzar 20 centímetros. Lo sufren en su mayoría los cachorros, transmitiéndose en el momento del embarazo de la madre o vía la leche materna. Alimentándose directamente en el intestino, pueden provocar retrasos de crecimiento y numerosos problemas de salud: vómitos, estreñimientos, diarreas, adelgazamiento, y hasta a veces obstrucción intestinal.
Los Trichuris 
Estos gusanos, de 2 a 4 cm de longitud, son reconocibles por su extremidad enrollada. Viven en el intestino grueso y se alimentan de la sangre que se bombean a través de la pared del colon, arrastrando diarreas e inflamaciones hemorrágicas muy dolorosas para el animal, así como anemias. Muy resistentes a los vermicidas, los encontramos sobre todo en los perros que viven en grupo.
LOS GUSANOS LLANOS
La Ténia
Este gusano, llamado "solitaria", puede alcanzar hasta 80 centímetros de longitud y llega a los perros a través de las pulgas que son portadoras de sus larvas. Sus huevos son evacuados en sus anillos y su presencia es identificable en las heces. Además de una anemia, la tenia provoca picores interminables en el ano del perro.


Pulgas

La pulga es un insecto privado de alas, marrón y saltador. Es un parásito de diversos mamíferos, aunque más particularmente del hombre y del perro. En este último, está escondido entre su pelaje y se alimenta de su sangre, dejando pequeñas deyecciones negruzcas que señalan su presencia. Muy prolífica, la pulga puede rápidamente infestar un perro y todo su hábitat. Aficionado de los tejidos, este parásito se esconde para poner los huevos. Además, tiene facilidad para "resurgir" aún después del tratamiento del perro y cuando creías haberlo eliminado definitivamente.
La pulga representa un peligro real para el perro, principalmente activando una alergia. Esta afección se traduce en la aparición de placas rojizas, de picazones (vientre, muslos,...), picaduras al nivel de la grupa y de la raíz de la cola. Esta alergia puede evolucionar en graves problemas cutáneos y en infecciones. La Tenia es igualmente transmisible al perro a través de la pulga, a menudo portadora de huevos de este parásito. El perro que muerde las picadas para rascarse lo traga regularmente y se contamina, acarreando problemas digestivas.
Es importante pues tratar al perro principalmente de modo preventivo, para no tener que luchar luego contra este problema. Entre la gama importante antiparasitaria de productos, sólo unos se muestran eficaces. Entre ellos encontramos:
Los collares: Eficaces para largos periodos aunque éstos están un poco alejados del radio de acción de las pulgas: la grupa, los muslos y la cola. Además, existe el riesgos de enganche en matorrales o ramas.
Los pulverizadores: El pelo es untado con un lecho protector y resistente al agua que elimina la pulga desde su llegada sobre el perro. Es un producto particularmente eficaz para los sujetos alérgicos ya que evita la picadura. La duración de su acción es de aproximadamente un mes.
Las pipetas: Poseen las mismas cualidades que los productos pulverizados pero son más fáciles de utilizar porque el producto mismo se difunde sobre todo el cuerpo del perro en cerca de 24 horas.
También existen otros tratamientos, aunque consideramos que son menos efectivos. Aún así queremos mostrártelos, para que los tengas en cuenta:
Las medicinas de ingerir: Son más fáciles de utilizar e intoxican a la pulga en el momento de la picadura. El problema es que no impiden que ésta permanezca en el perro antes, por lo que son ineficaces contra la alergia.
Los polvos: Diluidas en talco. En el momento de la aplicación el producto no llega a penetrar bien en la piel.
Los aerosoles: Eficaces en el momento pero rápidamente pierden su efecto porque desaparecen.
Los champús: Son sobre todo útiles en el momento de una infección, pero lo esencial es eliminado por el enjuague.



Displasia de cadera

Es una enfermedad desgraciadamente muy difundida en numerosos perros, en particular en las razas medianas y grandes. La displasia de cadera se manifiesta de un modo precoz por una artrosis más o menos importante. La cabeza del fémur, encajada en la cavidad glenoidea de la pelvis, es mantenida allí por una cápsula fibrosa, por los músculos de esta zona y por un ligamento llamado "ligamento de la cabeza". En el caso de una displasia, se produce un desfallecimiento de este ligamento, no fijando completamente la cabeza, que se mueve a raíz de ello anormalmente en su cavidad, arrastrando una deformación y posteriormente una artrosis.
Aunque sea hereditaria, y a pesar de los esfuerzos de los criadores, el sistema de transmisión, extremadamente complejo, de la displasia  no permite erradicarlo completamente. También hay que precisar que otros factores, además de la transmisión genética, pueden afectar al desarrollo de esta afección: la alimentación y el medio ambiente, con excesos eventuales de actividad física.
Los síntomas no son del todo evidentes, aparte de un paso sospechoso en el cachorro que se contonea fuertemente del tren trasero. En el adulto observamos un cojeo, por la mañana al amanecer o después de un largo momento de descanso. Pero estos síntomas varían muchísimo de un sujeto a otro. Un perro que padece displasia puede sufrir artrosis sólo años más tarde, mientras que en otros se declarará de modo mucho más precoz.
TRATAMIENTO
El tratamiento puede consistir ya sea en la administración de antiinflamatorios o con una intervención quirúrgica. Existen numerosas técnicas, según la evolución de la afección y del estado general del perro. También se practica actualmente una prótesis, un método más costoso, pero que parece ser muy eficaz.
Según la gravedad de la displasia y después del establecimiento de un diagnóstico por radiografía (solamente a partir de la edad de 12 a 18 meses, según la raza), el perro es clasificado en una de las categorías correspondiente a su estado. De A a E (A siendo el signo de la ausencia de displasia y E la forma más pronunciada).


Piroplasmosis

Es la garrapata la que transmite esta enfermedad al perro, vía su saliva anticoagulante inyectada en el momento de aspirar la sangre del animal y que alberga los parásitos de la piroplasmosis. Estos últimos se propagan entonces por los glóbulos rojos multiplicándose allí y  provocando una anemia en el perro. Los riñones e hígados también se encuentran intoxicados por los desechos de los glóbulos rojos.
Esta afección es una de las más corrientes en el perro y muchos de ellos son víctimas cada año. Los perros de caza, o que viven en el exterior, son las víctimas más corrientes de esta enfermedad. Pero todos los perros, sea cual sea su estilo de vida, son susceptibles de cogerlo, por lo que necesitan vacunación. Esta afección, sin embargo, no es trasmisible ni al hombre ni a otros animales.
LOS SINTOMAS
El perro está apático, postrado y rehúsa generalmente el alimento. Tiene crisis de vómito y padece fuertes fiebres. Su orina toma un color anaranjado rojo o castaño oscuro. Avise urgentemente a su veterinario que debe establecer su diagnóstico lo más rápidamente posible.
LA PREVENCIÓN
Los antiparasitarios:
El mejor medio de prevenir la piroplasmosis es impedir a la garrapata picar. Hay pues que escoger un antiparasitario eficaz, como ciertos collares, pulverizadores o incluso pipetas, que permiten una repartición total del producto sobre el cuerpo del animal. El antiparasitario debe ser utilizado durante los períodos de riesgos (primavera y otoño) y debe utilizarse en todos los perros, incluso en los vacunados.
La vacunación:
La vacuna que actualmente se utiliza es principalmente eficaz en los jóvenes perros que nunca han estado contaminados. Para los adultos, desgraciadamente no es del todo eficaz.


Leishmaniosis

Son los phlebotomos, insectos chupadores, los que transmite al perro esta grave enfermedad, la Leishmaniosis. No es una enfermedad contagiosa para otros animales. La evolución de ésta trae casi siempre la caquexia y la muerte, aunque ciertos descubrimientos recientes parezcan alentadores ante el tratamiento de esta afección. Existe una forma más virulenta de esta enfermedad, la Leishmaniosis renal.
SÍNTOMAS
Los síntomas principales son:
  • Anorexia seguida de un adelgazamiento
  • Ulceraciones cutáneas (alas de la nariz, orejas,...)
  • Patologías queratoconjuntivales
  • Alargamiento de las uñas.
TRATAMIENTO
Actualmente, el tratamiento consta de inyecciones, que hacen desaparecer los síntomas durante unos meses, o de administración de Zyloric.


Sarna Otodéctica

Es un ácaro, el Otodectes cynotis, quien es el responsable de esta afección muy contagiosa, la Sarna Otodéctica, que se puede encontrar frecuentemente los perros y cachorros que viven en jauría o junto a otros perros. Este parásito vive y se reproduce en el conducto auditivo. Sus larvas crean nuevos huevos que a su vez producen a otros adultos y etc. Es la proliferación de estos parásitos la que provoca inflamaciones (otitis) con producción importante de cerilla color marrón oscuro y muy olorosa.
SÍNTOMAS
El perro trata de librarse de ella sacudiendo la cabeza y rascándose sin cesar. A menudo, el desasosiego por esta situación vuelve al perro nervioso.
TRASMISIÓN
La transmisión se efectúa por contacto simple con un sujeto afectado por los ácaros.
TRATAMIENTO
Un mantenimiento regular de la oreja con un producto específico es la mejor prevención. En caso de infección, el veterinario le prescribirá una medicina antiácaros. El tratamiento deberá ser tomado hasta la desaparición completa del parásito.


Dirofilaria immitis

Es un gusano redondo, el Dirofilaria immitis, que se transmite al perro por la picadura de un mosquito, quien es el responsable de esta grave enfermedad que se da principalmente bajo los trópicos y al sur de Europa. Tras la picadura, la larva del gusano penetra bajo la piel del animal. A la edad adulta, se dirige hacia el corazón del animal y se fija en las arterias pulmonares. El funcionamiento cardíaco se perturba, sobre todo en caso de infección importante, y hay riesgo de síndrome hemolítico (destrucción de los glóbulos rojos), de obstrucción de la vena cava y de graves problemas respiratorios.
LOS SINTOMAS
Los síntomas aparecen sólo varios meses, o incluso varios años, después de la inoculación, lo que hace que el tratamiento a menudo sea poco eficaz. Estos síntomas son tos, dificultades respiratorias, síncopes en el momento de esfuerzos, pérdida de peso y masa muscular, problemas renales, derramamiento abdominal o torácico,...
TRATAMIENTO
Es esencial el poder tener un diagnóstico rápido para asegurar un máximo de eficacia en el tratamiento, que no excluye sin embargo secuelas importantes. El tratamiento mismo arrastra reacciones del organismo, con riesgo de trombosis. Y las inyecciones son dolorosas para el animal.
PREVENCIÓN
Es aconsejado un tratamiento preventivo, sobre todo si el animal vive en las zonas sensibles o en caso de salida hacia éstas. También podemos evitar los paseos por la noche en los lugares húmedos (pantanos, aguas estancadas, etc.) y proteger el hábitat del animal con  mosquiteras, etc.

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